jueves, 29 de julio de 2010


EL GAS Y EL TIEMPO

Alexandro Saco – colaborador

La extracción y exportación del gas, por encima de los temas técnicos, es útil para tratar de ir algo más allá. Los que impulsan la extracción de este u otros recursos, señalan que existen reservas para muchos años, en pocas palabras que el gas no se va a acabar. Esa afirmación presenta en su real magnitud un pensamiento que solo considera el presente como sujeto de las acciones de la sociedad.

El gas (y todos los recursos naturales no renovables) definitivamente se van a acabar; afirmar lo contrario es un disparate. Y se van a acabar en lapso corto, casi en un pestañeo de la evolución humana.


Justamente los recursos naturales no renovables se definen así por su limitada existencia. Si se afirma que el Perú debe explotar ahora y sólo ahora los recursos no renovables, lo que en el fondo se hace es desabastecer a las generaciones posteriores a la nuestra; pero más grave es que el extractivismo, al no trascender lo inmediato, condena a los humanos a un horizonte de tiempo reducido. Es decir, la extracción indiscriminada de los recursos naturales, es la prueba de una limitada de ver el mundo, consumista y desconectada del pasado y del futuro.

Era suficiente ya que algunos no reconozcan la importancia de un desarrollo armónico que tienda al bienestar general antes que a consideraciones económicas basadas en manipulaciones estadísticas; ahora esa misma corriente pretende hacernos vivir en un eterno inagotable presente. Esa es la única forma de entender una lógica que nos dice mañana tarde y noche, que no hay opción, que no sea producir energía a costa de la Tierra.

Presente eterno

El tiempo es una convención relativa. La cultura occidental ha construido un tiempo en el que el pasado está detrás y el futuro por delante, siendo el presente lo único relevante, por lo que hay que otorgarle todo lo que requiera. Por ello es interesante observar otras nociones del tiempo como la de unos pueblos andinos, en las que el pasado está delante y el futuro detrás; ello porque al pasado lo podemos ver, reconocerlo desde nuestra mirada, saber qué ha sucedido antes; mientras que el futuro estará detrás de nosotros porque no sabemos qué vendrá, no lo podemos ver, sólo lo veremos cuando ya se convierta en pasado.

Esa concepción del tiempo es parecida a la que Galileo manejaba. Cuando una vez, ya en su edad avanzada, le preguntaron cuántos años tenía, Galileo pensó y dijo que unos siete. Las personas se sorprendieron, pero Galileo les explicó que él tenía los años que le quedaban de vida, los otros, los que pasaron, ya no le pertenecían, a lo más eran una huella en el agua o en el aire. Y así podríamos explorar otras concepciones del tiempo que demuestran las limitaciones de la vida que manejamos hoy como verdad.

En ese contexto, el apresuramiento por la explotación de los recursos no renovables es grosera, no toma en cuenta ni la sostenibilidad ambiental, ni el equilibrio natural, sino pretende imponerse por el simple hecho de generar más riqueza; riqueza que finalmente sabemos dónde va a parar, repitiendo capítulos de nuestra historia. Por otro lado, es obvio que si a un ser vivo (la Tierra es un ser vivo) le extraemos constantemente, sin pausa, los fluidos o gases que mantiene en su interior, en algún momento una respuesta de ese ser vivo se tendrá que dar: es el caso de cualquier organismo independientemente de su tamaño. La lógica consumista asume que el planeta es un objeto inerte, lo que a veces produce risa y otras ganas de llorar.


Así, el recurrente debate sobre la extracción, exportación, uso o no de los recursos naturales no renovables, es un síntoma de los tiempos, del supuesto triunfo de una forma de concebir el mundo en la que la historia se acaba, como dijo un científico social a inicios de los noventa y por eso hay que apurarnos, como si el capitalismo fuera la respuesta a la continuidad de la especie.
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Cinco minutos sin gas
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Carl Sagan, aquel visionario que nos legó Cosmos, en uno de los capítulos de esta serie, construye un calendario: el primero de enero es el día en que se inició en el universo el Bing Bang y así avanza por los meses: en febrero las galaxias se van formando, en julio la Vía Láctea se define, en septiembre nace el sistema solar, en noviembre los planetas toman su órbita. En diciembre la Tierra va tornándose tal como es. A mediados de diciembre en ese gran calendario cósmico, la materia logra convertirse en vida; por el día veinticinco las aguas se van poblando de seres; el veintinueve los dinosaurios desaparecen. Llegamos al treinta y uno de diciembre, a las once cincuenta y cinco de la noche: el humano y sus diez mil años sobre el planeta ocupa esos cinco minutos de ese último día del calendario cósmico. Mientras, algunos creen que un minuto no es nada y que el gas vale mucho.

Tomado de "LÍNEA”, suplemento del diario La Primera. Domingo 27 de junio del 2010.

sábado, 24 de julio de 2010


AMBIENTE ENRARECIDO

Por: Pedro Francke

¿Cómo responde Barack Obama ante el derrame de petróleo en el golfo de México? Exige a la empresa BP poner 20 mil millones de dólares para la limpieza y suspende las exploraciones en la costa de Florida.

¿Cómo responde Alan García ante el derrame de petróleo en el río Marañón? Expulsa al hermano de Paul Mc Auley –defensor del ambiente y los pueblos indígenas-, amenaza a otros y pone un spot televisivo atacando a los ambientalistas.

Parece increíble. Expulsan a uno de los pocos ambientalistas en el peor momento del medio ambiente peruano.

Porque a los 400 barriles vertidos por Pluspetrol al río Marañón, se suma el vertimiento de 500 toneladas de relaves de la Compañía Minera Condestable hacia los ríos Totora y Opamayo, en Huancavelica.

No solo se trata de dejadez, falta de eficiencia o burócratas lentos. Los problemas de la presa de relaves de la empresa Condestable habían sido advertidos por los supervisores. La empresa de Pluspetrol ya ha tenido observaciones por la contaminación del río Corrientes desde años atrás. Falta voluntad política. Las empresas se ríen de multas irrisorias, fácilmente apelables, que les aplican a la muerte de un obispo.

Además, el gobierno alanista ha actuado activamente en contra del ambiente:
Ha firmado un acuerdo con Brasil para que se desarrollen las centrales hidroeléctricas de Inambari y otras 13, con el fin de exportar energía a ese país, pero, a pesar de que esas centrales tendrían fuertes impactos ambientales y sociales, el acuerdo no establece ninguna protección al respecto.

En relación a Doe Run y La Oroya, ni el dialogo ni las alternativas que viene preparando el gobierno priorizan las inversiones necesarias para que cese la contaminación y se limpie el ambiente.

Sin respetar la palabra dada por Velásquez Quesquén, se insiste en apoyar el proyecto Tía María que carece de estudios ambientales completos y que afectaría el agua y la agricultura del Valle de Tambo. Similares problemas suceden con proyectos como La Zanja y Conga, en Cajamarca.
Observa el proyecto de ley consulta a los pueblos indígenas, derecho establecido en el convenio 169 de la OIT y que se ha constituido en uno de los pilares de la defensa de nuestro ambiente. Tampoco hace caso a los reclamos del pueblo matsés en rechazo a la actividad petrolera en sus territorios (provincia de Requena, región Loreto).

Presenta una nueva propuesta de Ley Forestal y Fauna Silvestre que insiste en cambiar para uso agrícola las tierras forestales, poniendo en riesgo 45 millones de hectáreas de bosques.
Esta es la reciente. Los problemas acumulados y que se han dejado de crecer son, desde luego, mucho mayores: el mercurio en los ríos de Madre de Dios y los daños causados por lña minería informal, los desagües sin tratar de la mayor parte de ciudades del país, el aire limeño cargado de partículas emitidas por carros japoneses de segunda, las concesiones petroleras a lo largo de toda la costa sin estudios ambientales serios, el agotamiento del agua subterránea en Ica y otros valles costeños, las concesiones sin control a empresas mineras y petroleras, el ingreso de semillas transgénicas, el desconocimiento de nuestra biodiversidad.

La fiscalización ambiental está por pasar de Osinergmin a un organismo autónomo del Ministerio de Ambiente, la OEFA, pero sin plata, ni personal ni nada.

La gran iniciativa ambiental de gobierno es perseguir a los ambientalistas. No es la primera vez, como muestran los audios de BTR con el chuponeo contra Marco Arana. ¿Tendrá el ministro Brack sangre en la cara como para renunciar esta vez? Parece que no, no le queda ninguna. La única sangre que se le podría atribuir es la de Bagua.

Nuestro ambiente nada puede esperar del gobierno alanista. Quien nos gobierne el próximo quinquenio tendré que tomarse el tema ambiental en serio. Por el daño acumulado y su veloz incremento, necesitará un plan de emergencia.

Algunos puntos urgentes: fiscalización estricta con un ministerio del ambiente que cumpla su función, proteja el ambiente y haga que los contaminadores paguen por los daños que causan; moratoria de las concesiones mineras y petroleras; protección de los bosques; consulta previa a los pueblos antes de cualquier explotación de sus recursos; respeto a los derechos y apoyo a los defensores del ambiente; revisión del convenio energético con Brasil; y enfrentar el problema de La Oroya y otros con la firmeza que debiera tener un gobierno no contaminado por la corrupción.





De: “Hildebrand en sus trece”, viernes 9 de julio del 2010. Año 1; Nº 12