sábado, 18 de septiembre de 2010

EN EL MAR HABITAN 230 MIL ESPECIES DISTINTAS, SEGÚN EL MAYOR CENSO EN LOS OCÉANOS HECHO HASTA AHORA

Entre los hallazgos hay un pulpo de tiempos primitivos, caracoles marinos que parecen hadas, enormes organismos unicelulares y caracoles especialmente resistentes al calor.


San Francisco (DPA). En ningún otro lugar viven tantos animales marinos como alrededor de Japón y Australia. En las dos zonas marítimas, respectivamente, aparecen alrededor de 33.000 especies distintas, informaron investigadores del hasta ahora mayor censo en los mares, el censo de Marine Life.
El censo alcanzará su punto máximo a principios de octubre, aunque ya se pueden leer gran parte de los resultados en la revista científica PloS One.
Entre los hallazgos hay hasta ahora un pulpo de tiempos primitivos, caracoles marinos que parecen hadas, enormes organismos unicelulares y caracoles especialmente resistentes al calor. En el censo participan alrededor de 2.000 investigadores de unos 80 países.
Nunca antes fue contestada la pregunta “¿Qué vive en el mar?” de forma tan exhaustiva. Y nunca antes hubo tantos motivos para la preocupación, ya que los humanos están poniendo cada vez más en riesgo esta diversidad.
El mar alrededor de China, el Golfo de México -contaminado hace poco por la fuga de petróleo- y el mar Mediterráneo también forman parte de los “top 5” de la lista de especies, según informaron los equipos.

ESPECIES MÁS COMUNES

Los peces son los seres vivientes más conocidos de los mares, pero no los más frecuentes. Este papel recae en los crustáceos: gambas, langostas, camarones, krill, bellotas de mar y otros animales de este tipo representan el 19% de las especies.
Moluscos como sepias, almejas y caracoles representan el 17%, y solo después se encuentran los peces, con un 12%. Les siguen los organismos unicelulares, algas, anélidos y otros organismos.
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos y el trabajo de ya diez años, el censo está apenas en sus inicios: “Las investigaciones modificarán completamente, sin dudas, las existencias (conocidas)”, explicó el principal autor de la síntesis del censo, Mark Costello, quien trabaja en el laboratorio Leigh Marine de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
A principios de octubre, el catálogo de las especies conocidas por los científicos tendrá 230.000 entradas, desde organismos unicelulares hasta la ballena azul. El número de especies de peces probablemente quede en 21.800, según los científicos. Esto, de todas formas, está formulado de forma bastante cauta: por cada especie conocida en el mar, podrían existir otras cuatro.
Esto rige más que para las ballenas o los tiburones, que son especies bastante bien investigadas, para la cantidad apenas abarcable de pequeños caracoles, gusanos, moluscos u organismos unicelulares. Algas, bacterias o virus son directamente inabarcables.
En los océanos viven presumiblemente alrededor de diez millones de distintas especies, según dijo hace poco el profesor Pedro Martínez, director del Instituto de Investigación Senckenberg am Meer, en la ciudad alemana de Wilhelmshaven. Este número es una estimación, pero se cree que sobre todo en las aguas más profundas hay gran diversidad de especies. Incluso a siete kilómetros de profundidad, en aguas bajo cuya presión muchos submarinos terminarían aplastados como latas de Coca-Cola, hay peces.
En el Mediterráneo se pueden ver especialmente muchos peces, moluscos y otros animales que migraron hacia allí. Allí viven más de 600 recién llegados, más del cuatro por ciento de todas las especies en este territorio. Su origen es usualmente el mar Rojo y su puerta de entrada el Canal de Suez.
“El mar está en problemas”, dijo Nancy Hilton del Instituto Smithsonian en Washington, directora del grupo de trabajo sobre los arrecifes. “Sus habitantes no tienen voz ni voto en ningún organismo nacional o internacional, pero sufren y deben ser escuchados”, afirmó.

AMENAZAS A LA VIDA MARINA

La mayor amenaza es la sobrepesca en los mares, conocida en detalle desde hace algunos años y acompañada de advertencias, en general sin consecuencias. La pérdida de hábitats, las especies migrantes, la contaminación, la sobrefertilización, la merma de oxígeno, la basura y la acidación de los mares son otros de los problemas.
La sobrepesca no solo aleja a los peces del sistema, sino que lo modifica. Si se pescan durante décadas enormes cardúmenes de peces, las algas se multiplican. Esto, a la vez, ayuda a las medusas a multiplicarse de forma explosiva y devorarse a todos los demás organismos marinos.
De esta forma, se destruye una convivencia de las especies originalmente estable y variada. A las personas, a la vez, no les quedan para pescar más que medusas, que no tienen ningún valor nutricional.
Los investigadores publicarán los primeros resultados en la revista “PLoS One”. El lunes 4 de octubre se presentarán todas las conclusiones en Londres.

Tomado de “El Comercio” Lunes 02 de agosto de 2010.

sábado, 11 de septiembre de 2010


CONOZCA EL LADO OSCURO DE LOS PANELES SOLARES

Los insectos acuáticos se sienten más atraídos a los paneles solares que al agua. Su desaparición resultaría perjudicial para la ecología porque constituyen la base de la cadena alimenticia acuática
El calentamiento global es una de las mayores preocupaciones de este siglo y se están diseñando dispositivos cada vez más efectivos para generar energías renovables. Los paneles solares son una gran alternativa, pero pueden llegar a provocar la desaparición de comunidades enteras de insectos acuáticas.
Un estudio llevado a cabo por investigadores húngaros y estadounidenses pone de relieve al menos uno de los problemas que pueden ocasionar las fuentes de energía limpia.
Según el portal BBC Mundo , estos resultados son graves porque los insectos constituyen el primer peldaño en la cadena alimenticia acuática.


CONFUSIÓN

Los insectos confunden la superficie negra, lisa y brillante de los paneles solares con la de una laguna o un gran charco de agua. Ellos se sienten atraídos por los paneles solares, se dirigen allí para reproducirse y depositar sus huevos, que por no hallarse en el medio adecuado, terminan pereciendo.
La confusión se produce porque tanto el agua como los paneles reflejan la luz polarizada de forma horizontal y los insectos utilizan las vibraciones de estas ondas lumínicas para detectar agua.
“Como el único elemento natural en el mundo que polariza la luz es el agua, estos insectos evolucionaron de forma tal que la única información que utilizan para reconocerla es la luz polarizada”, dijo Bruce Robertson, coautor del estudio.


ALTERNATIVAS Y OTROS PROBLEMAS

Si el panel solar está divido por líneas blancas, su efecto negativo se reduce notablemente. El panel sigue polarizando la luz, pero al hacerlo en partes más chicas, no resulta tan atractivo para los insectos”, comenta Robertson.
Este estudio revela algunos de los efectos que producen los paneles solares en los animales acuáticos, pero nada se sabe sobre el impacto que puedan llegar a tener sobre insectos o animales terrestres, sobre todo en las zonas desérticas, que son el escenario principal de la mayor parte de los proyectos de energías limpias basadas en tecnología solar.



Tomado de "EL COMERCIO", Viernes 18 de junio de 2010.